Pan de $500 pesos, una especie en vía de extinción

Se habla insistentemente que, para el segundo semestre de este año, el pan de $500 pesos pudiera desaparecer. A la fecha, todavía se encuentra el pan con este precio en los estantes de las panaderías colombianas. Sin embargo, la realidad económica ha impactado de manera significativa en la industria panadera. Mientras que algunas materias primas como la margarina han experimentado reducciones de precios, el azúcar ha atravesado fluctuaciones notorias. En 2022, este último experimentó un aumento abrupto del 80%, alcanzando precios superiores a los 240 mil pesos. A día de hoy, esos precios rondan los 200 mil pesos.

Aunque ha habido un pequeño respiro en cuanto a otros insumos, esto no implica que los costos sean considerados bajos. Un ejemplo es la harina, que en un momento superó los 180 mil pesos por bulto de 50 kilos y actualmente se encuentra entre los 160 y 170 mil pesos, dependiendo de la marca.

En los últimos dos años, los precios han sido notoriamente altos, aunque han alcanzado un punto en el que se han estabilizado. Esto ha generado cierto alivio para los panaderos, quienes han estado lidiando con costos elevados. Sin embargo, estos costos aún no han disminuido de manera significativa, lo que al menos les permite mantener un equilibrio financiero y continuar operando en el negocio.

Marcela Morales, presidenta de la Asociación Nacional de Fabricantes de Pan (Adepan), señala que en los últimos dos años los ingredientes clave para la producción del pan han experimentado un incremento del doble en su precio. Esto ha tenido un impacto directo en los márgenes de ganancia de los panaderos, lo que en algunos casos ha llevado a dificultades para mantener la viabilidad de sus negocios.

«Es muy probable que para el año 2024 los precios continúen aumentando. El negocio se ve afectado por los crecientes gastos y los estrechos márgenes de ganancia», afirmó Morales.

Además de la preocupación por el aumento en los precios de ingredientes esenciales como la harina, la levadura, el azúcar y el aceite, se suma la implementación a partir de noviembre de los denominados «impuestos saludables». Aunque estos impuestos no afectarán directamente al pan, otros productos vendidos en las panaderías, como galletas y ponqués, estarán sujetos a estas nuevas cargas impositivas.

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